Vive en Buenos Aires, Argentina. Comenzó sus primeros pasos en la charcutería, como aficionado, por medio del negocio familiar. Recibido de Profesor en Historia y Ciencias sociales y motivado por el estudio autodidacta sobre la conservación de los alimentos, centró su interés en la técnica del ahumado europeo, tomando como eje de su análisis la salazón y el ahumado. Observando que ambas formas se replican en un sinfín de culturas por todo el mundo y que, junto a otras formas de conservación, han contribuido al avance de la humanidad hacia formas más seguras, de elaboración y conservación de los alimentos, mejorando su vida útil. Este aspecto poco común de la disciplina lo llevó a estudiar la técnica de conservación de alimentos por ahumado con maestros argentinos, alemanes, polacos, ucranianos y rusos.